“Spanoulis nos ha roto el culo” frase de Messina ayer en el “Palacio de las 2 Mentiras” (¿de la Paz y de la Amistad?) de Atenas.
Ver a William Wallace (Mel Gibson) vestido de Armani y llevando su enorme “claymore” (famosa espada de 1.68 cm de longitud) como un putter de golfista entre hoyo y hoyo, puede ser paradójico o cuanto menos sorprendente si pensamos en la épica historia del libertador escocés, pero clarifica y desentraña la magnífica “interpretación” que del histórico personaje hace el australiano Mel en la mítica Braveheart . Esto qué es ¿“días de cine”?
Continúo, hay que ser buen actor para meterse en el papel y en el alma del autentico William Wallace y el director a su vez (en este caso, el mismo Mel Gibson) requerir del actor la creación de emociones internas y sensaciones fidedignas, para convencer y hacer creer al espectador que está viendo al autentico héroe escocés, que se logra a través de una buena comunicación, actor vs director. ¿este blog no es de basket?
Seguimos, el dialogo director vs actor en el cine, fue más allá de una mera reflexión en Apocalipsis Now, Francis Ford Coppola dirigió, manipuló y casi doblegó a un joven e inexperto actor entonces, Martin Sheen, sacándole registros que ni el propio actor supiera poseerlos. Coppola aprovechó la libertina vida de Martin y le filmó en su infierno intimo y drogodependiente, Martin que tuvo dos infarto durante el rodaje, desaparecía en la jungla filipina y se perdía durante semanas en las bacanales de drogas y alcohol de los tugurios de las islas, Coppola aprovechaba esos momentos para hacer “su” Apocalipsis, mientras el joven Sheen, se estaba interpretando a sí mismo.
En ambos casos el de Mel Y Martin, el director trasmite y dirige la obra y consecuentemente gestiona la emotividad de los actores, que tienen que sentir ineludiblemente la testosterona a flor de piel, uno refleja magníficamente un guion preestablecido el otro, interpreta salvajemente su vida.
Gestionar las emociones, mantenerlas arriba, encauzar la agresividad, elevar el espíritu, estimular su confianza y abrigar la autoestima del actor son labores del entrenador, digo del director.
"Todos los hombre mueren, pero no todos realmente viven"