Esperamos que El Almirante Gallardón y todo el establisment nacional que le secundaba desistan de hacer el ridículo por tercera vez y que se olvide definitivamente del asunto. Aunque me da que no. Como ya ha dicho el Almirante Gallardón a la tercera va la vencida ¿puede? O no, pero seguirá ordeñando la teta olímpica cual loba capitolina, con pezones de bronce que no sacia y solo deja decepciones millonarias, en aras de un falaz olimpismo.
En PalenciaLiberal dicen que está bien escogido el logo de la candidatura de Madrid 2016, una mano. Es la mano de coger, más que de pedir, nuestro dinero para que Gallardón cumpliera su sueño de infancia, ser zar de todas las Españas. Así de paso echamos una mano –la misma mano– a sus amigos, los paupérrimos constructores, mejor que mejor.
Leo en El Confidencial que, cualquier economista en su sano juicio sabe hoy que la posibilidad de que España se instale durante una serie de años con crecimiento del PIB inferior al 1,5% y tasas de paro por encima del 20%, es algo más que una mera especulación. Por lo pronto, los cuatro millones de parados del momento llegarán en 2010 a los seis millones, realidad pavorosa que enmarca la mayor crisis económica –que es también política, social y de valores– de la Historia de España.
Que con semejante panorama los responsables del establisment patrio, con el Rey a la cabeza y el presidente del Gobierno de monaguillo, se lanzaran a la aventura de apoyar la organización de unos Juegos Olímpicos siguiendo la estela trazada por el Gran Almirante Gallardón, es un ejercicio de irresponsabilidad difícilmente entendible.
Los Juegos de Atenas generaron un déficit de 8.500 millones de euros y Montreal estuvo pagando el suyo durante varias décadas. El Gran Almirante Gallardón, ese señor que hacía pucheros mientras decía ante las cámaras que se iba de la política porque la señora Aguirre le había cerrado el paso a las listas del PP como número 2 de Rajoy en las generales de marzo de 2008, ha endeudado Madrid en cerca de 8.000 millones de euros, ahora quería la candidatura de 2016 y convertirlos en rampa de lanzamiento político personal para alcanzar la ansiada Presidencia del Gobierno, Y sin reparar en gastos. ¡¡ 8 años gastándose lo que no está escrito,!!!