Durante la semanita no ha habido ningún árbitro en los entrenamiento y ni una discusión, ¡¡ todo vale ¡! defiendo tarde, fallo una entrada, hago pasos, me tiro hasta las zappas, no cierro el rebote, hago faltas al reglamento, pero todo con cierta normalidad y acomodo.
Fin de semana: llega el partido y ..vuelve el círculo vicioso ante nuestros errores: volver la cara al INFALIBLE ARBITRO y gran saco de culpas. El árbitro, al que no se le considera como bueno ni aceptable un, (por ejemplo) 80% de ¡¡acierto¡¡, este porcentaje de 20% de errores, no lo aguantaría, según las cosas, ni padres, ni jugadores, ni mesa, ni entrenador, ni grada, ni el propio colegio federativo. Ahora bien, ¡¡Que fallemos un 60%, 6 triples de DIEZ tirados!! es correcto, es de ser un JUGóN .
………… Y durante la semana ¿Cuántas faltas al reglamento? Personales,(¿pita el ataque o la defensa?) dobles, pasos, manejos, campo-atrás, etc. ¡¡ muchas verdad ¡¡ se pitan o no, pero solidariamente y sin acritud se sigue el juego, sin darle importancia, ¡¡ahh!!.
Jugador: ¿Qué tal la semana? ¿Los entrenamientos bien? ¿Porcentajes en tiros libres? – un 60% ¡está bien! ¿Y en triples? -Un 40% -! inmejorable, ¡como una estrella ACB, pérdidas de balón, decisiones equivocadas ¡ ah ya, ¡ tu entrenador te las habrá reprochado.
Entrenador: ¿y tu semanita, como ha ido?, ¿están bien tus jugadores físicamente? ¿Has eliminado el bote absurdo? ¿Cierran el rebote en defensa? ¿Corren la banda por encima de la línea? ¿Defienden como guerreros? …..estamos trabajando en ello, con acento californiano Aznar.
Si sumamos, los porcentajes en tiro antes mencionados, que damos como buenos durante la semanita, aceptando ¿xq XD, ¡¡porque Dios!!? Que tienen que tirar 10 libres para meter 6, las pérdidas de pre-benjamines, la defensa alevín y decisiones que demuestran lo pueril del jugador con pelos en los huevos, dan como resultado un falible, incierto, aleatorio, inseguro PARTIDO DE FIN DE SEMANA en el que ¡¡eso sí!! El árbitro TIENE QUE SER INFALIBLE.
para cambiar las cosas, lo mejor sería ocuparnos más en conocer acerca de lo que estamos haciendo, dirigir, jugar o arbitrar, ayudando a la mejoría y desarrollo del juego y la relación humana. El dialogo arbitro-entrenador, si el primero lo permite, que sea en aras de seguir educando y formando a futuras personas. ¡¡la grada que ayude!! el basket amateur no es un Religion.